La disfunción del suelo pélvico (disfunción es un término general que se usa para describir una amplia variedad de síntomas) ocurre cuando el músculo está debilitado o lesionado de alguna manera. Como no es un músculo que podamos ver, las señales evidentes y los síntomas más comunes son la incontinencia, el dolor lumbar, el prolapso de órganos pélvicos o el dolor pélvico.
Los principales culpables suelen ser el parto y el embarazo; sin embargo, la edad, la obesidad, la menopausia o levantar objetos de forma incorrecta también pueden contribuir a tener músculos del suelo pélvico tensos o débiles. El ejercicio de alto impacto, como correr o el cross-fit, puede pasar factura y poner una tensión innecesaria en el suelo pélvico.
Aunque los síntomas pueden ser angustiosos, es importante no ignorarlos, ya que dejar un problema pélvico sin tratar puede causar dolor o daños futuros. Al buscar ayuda y aprender a realizar ejercicios de Kegel, es posible reducir considerablemente y, a veces, eliminar los problemas con los que la mayoría de las personas simplemente conviven.